Youkali - un mundo para extranjeros


Oswaldo Díaz Medina nació para hacer cine. Tras graduarse como Comunicador en la Universidad de Lima, y con varios cortometrajes realizados en su camino, decidió viajar a Europa para profundizar en ese sueño, y de eso ha pasado ya una década. Desde que lo escogieron en la Academia Alemana de Cine y Televisión de Berlín (dffb) a finales del 2009, Oswaldo se propuso innovar, no sólo en su forma de contar historias mediante imágenes en movimiento, sino también, de comunicarse con una sociedad que, según él, está pasando por un profundo proceso de re-identificación. En julio de 2016 nos encontramos de viaje por el Valle Sagrado de Cusco, donde me contó que pronto estrenaría su primer largometraje. Dicho y hecho, a fines de ese año celebró el tan esperado estreno en la ciudad alemana de Brunswick. Al mes siguiente, en enero de 2017 su película comenzó a viajar y fue parte de la sección “Global Cinema” del 15vo Festival Internacional de Cine de Pune (PIFF) en la India. En ese momento la sincronía nos reunió para crear este post, que nos invita a conocer más sobre las historias y personajes que se entrelazan en el mundo del cineasta.
UNA ENTREVISTA DE: FEDERICO CISNEROS ARTESANOS DEL ESPACIO 
CORRESPONSALES / FUERA DEL TIEMPO 
 FOTOGRAFÍA: ©DFFB 


¿Cómo ha sido la experiencia de tu primer largo? ¿Cuánto tiempo ha tomado y de qué trata la historia?
La realización completa de “Youkali – un mundo para extranjeros” tomó un poco más de tres años de mi vida. La película trata esencialmente de una posible y mágica conexión maternal entre seres completamente diferentes, tanto en el aspecto cultural y religioso como el generacional.

¿De dónde partiste para hacer ésta película, qué temas querías tocar o profundizar?
Para mi es muy importante tratar mis proyectos de manera autobiográfica. Considero que es la alternativa más sincera y auténtica con la que puedo desarrollar una perspectiva más realista, subjetiva y naturalista sobre los temas en los que quiero profundizar. Es exactamente eso lo que desarrollo con los personajes que entran a formar parte del elenco de una de mis películas. Les pido específicamente que se basen en sus propias historias y experiencias para poder evocar distintas emociones y reacciones que se dan íntegramente en escenas basadas en la improvisación pura. Estamos hablando de amateurs, personas comunes y corrientes que interactúan en improvisaciones frente a la cámara y que, en su mayoría, estarían experimentando por primera vez el estar frente a una para luego ser proyectados en una pantalla grande que haga de sus virtudes y defectos los elementos principales de la observación esencial de nuestra humanidad. Nuestra cruda y humilde forma de ser, sin siquiera bordear lo pretencioso, sin máscaras. A lo que llamo, la autenticidad capturada por el lente objetivo, dicho sea de paso, llamado “objetivo” por la precisión que el lente ofrece a la captura mientras que, en éste caso, la subjetividad del autor y sus personajes se muestra abiertamente sostenida por su perfil autobiográfico y tratamiento. Y para éste caso en particular, me basé en experiencias que tuve el gusto de compartir con una mujer alemana de aproximadamente 80 años de edad, quien llegó a ser mi suegra y lamentablemente ya no se encuentra entre nosotros.
¿Y cómo así le pones de título “Youkali”? ¿Qué significa y cual es el origen de esa palabra?
“Youkali” no tiene un significado reconocido por diccionarios, ya que es el título de una canción compuesta por el añorado y reconocido Kurt Weil, un compositor judío-alemán que trabajó y colaboró considerablemente con Bertol Brecht en la Alemania de los 20, en Berlín. Hasta que llegaron los nazis. Consecuentemente, el señor Weil tuvo que exiliarse en Paris, lugar donde compuso una ópera llamada María Galante, basada en el libro de Robert Gaillard. Es una historia fascinantemente frustrante y con un pesimismo que se da vuelta a sí mismo llegando a ser infinitamente esperanzadora. 
Exactamente en el año 1934, Weil termina de componer la ópera, la cual, desafortunadamente, sólo llegó a ser un fiasco. Kurt Weil estaba exiliado y, por ende, algo deprimido y frustrado, creo yo. Aquí ya empezamos a identificarnos con el hecho de ser extranjero y ser estigmatizado por eso. Los nazis no iban a tardar mucho en expandirse por una Europa que hervía en racismo y brutalidad. Algo muy parecido a lo que nos ocurre ahora. Kurt Weil, en medio de toda esa calamidad, decide destruir la ópera y seguir su camino a los Estados Unidos de Norteamérica, quedando rastro de sólo 3 canciones. Una de ellas, Youkali. Cuya letra la compuso un colega suyo, Roger Fernay. Esa canción pasó de mano en mano y la tocaban de cuando en cuando ciertos músicos ambulantes en Paris. Y ya cuando la destrucción había calado y se había posado en la vida cotidiana de casi la totalidad de Europa, Youkali se convierte, mágicamente, en el himno inoficial de la resistencia francesa frente a la ocupación nazi a finales de la 2da Guerra Mundial. Mientras, Kurt Weil ya estaba casi una década fuera de Europa, abriéndose paso en aquel mundo lleno de oportunidades y sueños americanos. Pues, tal como lo dice la letra de la canción, Youkali es el país de los sueños no realizados, de la esperanza en la humanidad, de los amores correspondidos… es un lugar mágico que vive sólo en la creencia de nuestros sueños, como un mundo paralelo a nuestra realidad.
¿Cómo se relaciona este contexto en tu película? Además, que la has realizado sin guión ¿Qué te gustaría compartir del proceso de llevarla a cabo?
Pues yo no me considero un exiliado, pero si considero que hoy en día muchos escapamos de algo perteneciente a aquel lugar donde nacimos, que no encaja con el destino que deseamos para nosotros mismos y que, paradójicamente, descubrimos que se encuentra en todas partes como consecuencia de la globalización. A mi parecer, aquel estigma del ser extranjero es algo que debería de ser urgentemente tratado en nuestra cultura popular de una manera profunda y conmovedora. Es decir, verla desde todos los ángulos posibles, profundizar en ella y vernos a nosotros mismos para, a partir de ése punto, encontrar lo más cercano a nuestra verdad. Y aquí viene el aspecto decisivo en mi forma de hacer narración cinematográfica. Habiendo sido yo mismo actor, desde que tenía 16 años; hoy en día me es imposible volver a llamar a alguno para trabajar en algún proyecto mío. Y, ¿por qué? Pues, porque he reconocido la cantidad de potencial y talento que cualquier ser humano lleva consigo. Estoy completamente convencido de que “todo ser humano es un artista”. Todo aquel que forma parte activa de la creación, es también un creador. He ahi la naturaleza de nuestra conciencia y su libre albedrío. Entonces pude apreciar a una gama de extranjeros quienes, como yo, nos vinculamos específicamente por vivir en un lugar y en una sociedad donde nos sentimos acogidos, en hogar; pero donde se nos considera estar, de alguna manera, sólo de paso. Y entonces me pregunté, ¿no es acaso la propia vida lo mismo? ¿No estamos acaso, sólo de paso por este mundo? ¿Qué pensaría la gente al leer “un mundo para extranjeros”, cuando poco a poco el tema se pone nuevamente caliente a sólo 70 años de haber vivido una lección que dejó huellas y heridas incalculables para la vida humana sobre este planeta?

¿Tras tantos años en Berlín, sigues sintiéndote migrante?
No, en absoluto. Desde casi el segundo mes de estar viviendo por aqui, ya era un berlinés más… no tenía siquiera que sentirme como uno. Esta es una ciudad de migrantes, por decirlo de alguna manera. Y la carga histórica que ha soportado Berlin, no la ha tenido ningún otro punto geográfico del planeta.

¿Cómo te sientes con el resultado de éste, tu primer largometraje?
Pues aun algo sorprendido por la reacción específica de algunos espectadores y por esa forma tan emocional y conmovedora de expresarse acerca de la película. Aun tengo que digerir todo eso, creo yo.

Cuéntanos un poco más del estilo de hacer cine que vienes desarrollando y de lo que propones como cineasta a través de este primer largometraje. . .

El hecho de trabajar con amateurs, con gente común y corriente y no más con actores, es el resultado de un largo proceso de re-identificación con lo esencial de contar historias mediante imágenes en movimiento. Cada imagen es el retrato de una realidad, y cada segundo nos mantiene observando en sus 24 o 25 frames, no sólo propuestas estéticas, sino la reflexión de nuestras emociones, reacciones y por ende la inspiración más íntima y profunda que hacemos tanto a nivel individual como colectivo frente a aquella determinada realidad que decidimos proyectar en una película. Los medios de comunicación funcionan íntegramente como el gran espejo de la sociedad. Por eso, considero inminentemente peligroso el seguir reflejando tanta superficialidad y materialismo, cuando cualquier simple personaje de la calle puede decir mucho más por sí solo. Vernos crudamente y proyectar lo más auténtico de uno mismo sin necesidad de caer en aquella cultura del ser pretencioso y llevar máscaras que se adapten al espectro de un mercado. Por eso me es necesario, para todo el proceso cinematográfico, el escoger minuciosamente a los personajes y entablar con ellos una relación muy cercana. La razón por la que los escojo viene a ser el corazón de la historia a contar. Por eso es que se vuelven co-autores, porque juntos vamos a contar nuestra historia. Ellos son parte intrínseca de los acontecimientos y cada plot en el desarrollo de la trama. Pero para llegar a ese punto, tenemos que habernos citado seguido durante un año o quizá un poco más para conocerse profundamente. Sólo así puedo tener contacto y conocimiento profundo de sus perfiles psicológicos y, por ende, de todo aquello a lo que pueden reaccionar en distintos niveles. Paralelamente a esto, se va armando una lista de situaciones a filmar, en las que vamos a construir espacios donde los personajes interactúan en improvisación. Hay una pauta que funciona como punto de partida, pero en sí, nadie, ni yo, sabemos lo que realmente va a ocurrir en la escena. Se abren las posibilidades y todos tenemos que estar preparados para las reacciones, que sólo pueden ser capturadas en un solo take. Por ejemplo, cuando dos personajes se encuentran por primera vez, ocurren reacciones que sólo se dan una sola vez. Y por más que sea accidentado y que se vea poco teatral, es el retrato real de un encuentro. A eso voy y a eso es lo que le llamo el desarrollo esencial de la perspectiva cinematográfica, donde ficción y documental no comparten frontera alguna.

¿Hasta el momento dónde se ha exhibido tu película? ¿A qué festivales la han enviado o la seguirán enviando? ¿La veremos en Perú? ¿Cómo y cuándo podría ser eso?

Pues, en realidad la película no está circulando por muchos festivales aún. Ha estado en Lubuskie, Polonia; en Novi Sad, Serbia y hace poco en Braunschweig o Brunswick,  Alemania. Y por aquí, en Alemania, es donde YOUKALI – un mundo para extranjeros” ha tenido mayor resonancia en  los medios. Al parecer les ha gustado mucho mi forma de hacer cine, aunque no es nada nuevo; siempre hay algo que a uno lo distingue del resto cuando uno encuentra en aquella forma la certeza y confirmación de que dentro de ese marco auto impuesto, uno puede dar lo mejor de sí mismo, y que sólo así podrás hacerlo de la mejor manera. Espero que a éste, mi primer largometraje, le siga yendo bien o mejor, y que así como los del Festival de Brunswick, muchos más entiendan y estén interesados por aquella sensibilidad y belleza de lo crudo y dulce en lo docu-ficcional. Y, para traerla al Perú… pues, espero poder lidiar con algún buen festival de por acá, que esté interesado. La película está en 5 idiomas originales, y por ahora sólo tiene subtítulos en alemán e inglés. Espero pronto poder anunciar algún estreno en Perú, me encantaría.
¿Nos podrías contar un poco de tu vida actual post Youkali y si tienes alguna claridad sobre tus próximos pasos de aquí a fin de año o hacia el próximo año?

Por lo pronto, me veo con la urgencia de filmar algo en el Perú, quizá el próximo año. Esta vez he decidido que mi próximo proyecto será un cortometraje. Por ahora sólo estoy en el proceso de definición de la estructura. Y he estado pensando mucho en contactar a Wendy Sulca. Si alguien me pudiera dar su teléfono, por favor… ¡se lo agradecería mucho!


¿Cómo te sientes personalmente con respecto a lo que has logrado hasta el momento como cineasta?
Siento total libertad al no trabajar más con un guión, ni tampoco con actores. Y más que nada, siento esa infinita libertad al ver el material capturado, editado o sin editar. Así como cuando llega la hora de escoger al elenco y saber que voy a tratar directamente con lo real del asunto. Enamorarme de las personas y no más de personajes, productos de una construcción artificial. Me siento mucho mejor y más en paz conmigo mismo, al poder ver gente común y corriente en la pantalla grande y ver lo grandioso de ellos, lo maravilloso y hasta lo mágico, sin tener que pretender ni exagerar en absoluto. Ir pensando en el documental fantástico, como secuela de lo real maravilloso. Todo esto me hace sentir mucho más cerca de una meta un tanto utópica pero no imposible, el hecho de hacer visible lo invisible mediante el arte del cine.




Más información sobre Youkali:


Trailer oficial con subtítulos en inglés











*Esta entrevista fue publicadan la Edición 272 de la Guía de Arte Lima “Otra Cultura”





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