En la Intimidad del Agua
Reseñas. Teatro. Artes Escénicas.
CONDICIÓN DE BUENOS
NADADORES
- Una propuesta fuera de las tablas -
En la intimidad del
agua
“El nivel de realismo
es tan alto como estar dentro de una película”
Escriben: Federico
Cisneros y Danna Murillo
Fotografía: Federico
Cisneros
@Artesanos del Espacio
Conversaciones con el padre. |
Una pequeña sala de
espera junto a un bar, un largo hall con misteriosas puertas blancas de madera
y un baño que curiosamente tiene duchas y cambiadores. Así esperamos, con ansia
y curiosidad a que comience la última función de la obra“Condición de Buenos
Nadadores”, dirigida por Camila Fabbri, una propuesta teatral que nos invita a
explorar nuevos espacios - reales, imaginarios, narrativos - para salir de las
zonas cómodas y entregarnos a disfrutar de esta experiencia de temperaturas
íntimas y ambientes azulados; un espacio anacrónico que nos permite adentrarnos
en la relación de un padre y un hijo que, separados por la distancia geográfica
y emocional de su propia historia, nos conduce, de alguna extraña manera, hacia
el pasado de nuestras memorias afectivas, ahí donde la voz de nuestro padre
todavía se escucha.
Entre la realidad y la indiferencia. |
I
A las 20.30, se abren las
puertas y en lugar de encontrar una sala con butacas, escenario y escenografía,
descubrimos una enorme piscina temperada, una suerte de cuadro abstracto,
reticulado por azulejos, de techos blancos altísimos y pisos con distintos tonos
de celeste, apenas recorridos por las líneas negras submarinas que marcan y
separan los carriles en el agua.
Reflejados sobre el agua. |
II
En el mundo del hijo |
Agostinho tiene treinta
años y es mudo. Su médico cardiólogo lo ha obligado a realizar prácticas
nocturnas de natación, como una forma de ayudarlo a mejorar su salud y de paso
restarle algo de sobrepeso a su cuerpo. Su padre Manuel está de visita en
Portugal y esta noche vendrá con él a la Pileta del Club Municipal, después de
todo un año sin verse. Tendrán una noche para ellos solos, una breve oportunidad para pasar un poco más de tiempo juntos. Mientras el hijo entrena el padre le habla y lo alienta, de formas un poco
toscas, a veces hirientes, como les suele pasar a los padres ausentes,
distantes, de esos que un buen día parten y se quedan extraviados en el
tiempo.
La cercanía entre ambos y, al mismo tiempo, la distancia, se evidencia desde los primeros minutos. Manuel
ha volado de Argentina a Portugal para hablar con su hijo, para verlo y
ayudarlo. Pero no es tarea fácil, no logran una conversación fluida,
Agostinho no puede hablar por un
problema con su voz - o por alguna
herida emotiva en la memoria – así que sólo le queda escuchar y asentir, no por
obediencia, sino por imposibilidad de emitir una respuesta con palabras. El
único que conversa, ríe solo, se queja de su hijo y a la vez lo empuja a
entrenar es Manuel, un padre notablemente ausente, relajado pero duro y un poco mandón
a la vez. Nosotros también sólo escuchamos su voz, sin posibilidad de
responder, lo que lentamente va creando un inesperado vínculo afectivo entre el
hijo y los espectadores.
Entre nadadores. |
Están solos en el Club,
solamente los acompaña el agua y un hombre mayor de pelo blanco que cuida el
recinto y pasa cada tanto, mirando con cierta nostalgia la figura del hijo que
no habla.
Manuel piensa en voz alta
y le dispara ese tipo de interrogantes constantemente a su hijo en cada
descanso, desnudando su intimidad en la piscina del club barrial de Lisboa,
antes que vuelva a sumergirse y desfogue – o encuentre en ese silencio claro -
algunas respuestas bajo el agua, a partir de gritos y otros sentimientos
contenidos hacia su padre, hacia sí mismo o hacia la vida que le tocó en este
lado del mundo.
Poco a poco el padre le
irá narrando diversas anécdotas de su vida actual en Buenos Aires, develando
ciertos misterios de su situación amorosa, como el de un inesperado romance con
un extraño boxeador adolescente. Así va creciendo la complejidad de esta
historia, dejando una suerte de vacíos imaginarios, para lo irónico y las
últimas revelaciones de la noche.
Desde lo más hondo. |
* Post inspirado en la última
función de la segunda temporada de la obra, presentada en el Club Vasco
Argentino Gure Echea, de Balvanera.
Escrita y dirigida por Camila Fabbri, "Condición de Buenos Nadadores" es una obra de teatro independiente, una propuesta íntima que arriesga y hace de lo cotidiano un nuevo escenario.
FICHA ARTÍSTICA:
Actúan: Mauricio Minetti,
Facundo Livio Mejías y Néstor Conte/ Colaboración actoral: Renato Valenca/ Luz:
Sebastián Francia/ Realización: Lucas Coiro/ Colaboración en arte: Ezequiel
Galeano/ Vestuario: Ana Franca/ Sonido: Sofía Straface/ Producción Ejecutiva:
Stefanía Sans/ Producción audiovisual: Juan Renau/ Fotografía: Sebastián
Arpesella/ Arreglos musicales: Franco Calluso/ Diseño: David Maruchniak/ Redes:
Romina Triunfo/ Asistencia de dirección y coreografía: Marta Salinas/ Dirección
y Texto: Camila Fabbri
(*) Este espectáculo
formó parte del evento: IV Festival Novísima Dramaturgia Argentina del Centro Cultural de la
Cooperación
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