CLAUSURA DEL AMOR

TEATRO CONTEMPORÁNEAO
EL ÚLTIMO VIAJE


Camino y Caravedo frente a frente.

ESCRIBEN: DANNA MURILLO Y FEDERICO CISNEROS
FOTOGRAFÍA: DIFUSIÓN

De igual forma que cuando el amor se acaba, Clausura del Amor (“Clôture de l’amour”), obra que cerró el año teatral de la Alianza Francesa de Lima, nos trajo una puesta en escena de gran intensidad dramática. Escrita por el dramaturgo francés Pascal Rambert y dirigida por el español Darío Facal(*), se trata de una obra cuyo texto ha ganado diversos premios internacionales y que llegó a nuestro país por primera vez, luego de haberse montado en destacados escenarios del mundo.
LA HORA DEL FIN
Es tarde en la noche y un actor espera solo; bajo la fría luz de un fluorescente, en una sala de ensayos vacía. Al cabo de un rato y de un tenso silencio, llega ella, cansada y molesta, pero antes de que pueda decir algo, él arremete primero: “El amor es un cadáver y tú llevas su piel”, dice Stan; a lo que Audrey responde tan solo con una dura mirada. Ella lo escucha pacientemente por casi una hora en la que él ataca con fuertes argumentos hasta que finalmente ella, serena, respira y le responde: “Has vuelto pestilente el aire”.
Con una duración de 90 minutos y protagonizada por Lucía Caravedo y Eduardo Camino, Clausura del amor es la potente crónica de una separación a través de dos monólogos enfrentados y cargados de resentimientos que, palabra a palabra, van desgastando los cuerpos de los intérpretes, mientras ponen punto final a su relación de pareja.


Todo tiene su final.
Definitivamente esta noche es la más fría para Audrey y Stan. Entre miradas de rabia y decepción, la atmósfera se va cargando de fuego puro salido del corazón. Sus voces estentóreas resuenan alimentadas por sentimientos destruidos y su historia arde en medio del escenario. Parece una guerra autodestructiva entre dos amantes y el fantasma de lo que juntos se atrevieron a inventar.
SOBRE EL MONTAJE
Bastante sencilla en apariencia, la puesta en escena esconde tras de su escenografía mínima, compuesta por dos sillas y un escenario despejado, un texto maravilloso y contundente, capaz de alcanzar una dimensión retórica muy grande que profundiza en lo desgarradora que puede resultar una ruptura. Se trata de una obra que nos invita, de alguna manera, a reflexionar sobre la brecha tan corta que existe entre el amor y el odio, y la forma en la que “aquello que no se dice” puede llegar a ser el comienzo del fin para una relación aparentemente sólida.

Diversos pasajes nos acercan a una realidad literaria, envuelta en metáforas relacionadas al dolor; a un campo de aversión donde los personajes se quiebran a partir de lenguajes y disparos fabricados con rencor. Con altas dosis de intelectualismo, la pareja sigue dándole las últimas estocadas a su historia, perdiéndose en el laberinto mental de las discusiones. Sus palabras, como armas duras de guerra fría, nunca serán suficientes para sanar las heridas.

Noche intensa para el amor. Fotografía: Giuseppe Falla.
La fuerza, la pasión y la fluidez con la que se exteriorizan las maifestaciones de despecho, generan en el espectador ciertas dudas acerca de hasta qué punto se respeta el texto y hasta dónde se está creando en ese momento. El espectador podría creer que la discusión está sucediendo realmente en ese instante, pues los reproches parecen brotar desde lo más profundo del corazón de los artistas. Y es que ambos logran introyectar el texto con tanta destreza que consiguen generar esa sensación de realidad.

Resulta interesante la propuesta del director al trabajar con niveles tan altos de energía, lo cual mantiene al público conectado de principio a fin, sin que pueda perderse un solo argumeto de esta agria discusión. También se evidencia un dedicado y exigente trabajo físico en ambos actores, pues se requiere de mucha resistencia para sostener verbal y físicamente un texto como éste.

Al ver esta obra, uno es capaz de percibir una dimensión tanto hermosa como autodestructiva del amor; una gran reflexión sobre nuestra condición humana y los secretos que se esconden detrás del deseo, el amor y los sueños. Pasión y desamor se mezclan en esta exhaustiva discusión de pareja, un combate brutal, catártico y sin reservas entre un hombre y una mujer que mantiene su intensidad hasta la última frase.

Reconocimientos:
Pascal Rambert estrenó la obra Clausura del amor, su pieza más representada hasta la fecha, en el marco del Festival de Aviñón de 2011, el festival de teatro más prestigioso del mundo, donde fue galardonada con el máximo premio. Luego, en el 2012, fue premiada con el Gran premio de Literatura dramática y con el premio del Sindicato de la crítica como “Mejor creación de una obra teatral en lengua francesa”.
El texto ha ganado diversos certámenes internacionales y se ha montado en más de 12 países, como Francia, Italia, España, Alemania, Mónaco, Japón, Tailandia, Rusia, Croacia, México, Estados Unidos y ha sido traducida a más de 10 idiomas

El autor detrás de la trama.

(*) Con más de 28 obras en su haber y su segundo trabajo en el Perú,
Darío Facal, es uno de los directores y dramaturgos más destacados de la escena teatral española. Promueve la utillización de nuevos lenguajes que contribuyan al desarrollo de la dramaturgia contemporánea. Sus últimos montajes se han presentado en las principales salas de teatro de España.

* Este texto salió por primera vez publicado en la edición de Diciembre 2016 de la Revista Cultural Guía de Arte Lima. 

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