CONFESIONES DE OTOÑO
DANZA Y PERFORMANCE
CARMEN, EL ARQUETIPO DEL TORO
CARMEN, EL ARQUETIPO DEL TORO
Dirección y Creación: Guillermo Castrillón
Creación y Actuación: Carola Robles
"Ella como el toro de lidia, nace para morir, pero en el tiempo que revive nos cuenta una historia que transita entre lo cotidiano y lo mágico y nos habla de la urgencia por recuperar el centro para lo femenino, hasta entonces disperso, perdido o lastimado.“ Guillermo Castrillón
Entre la seducción y la lujuria una mujer diablo se detiene a respirar frente a nosotros, confesándose insaciable y sedienta de más y más y más. Desde el erotismo de sus labios y la danza de su espíritu Carmen continúa desnudándose por dentro, mirándonos sin cesar y provocando nuestra imaginación a raíz de sus relatos profanos llenos de suspenso, de confesiones íntimas pero sin culpas. El lado más salvaje de su ser recorría cada una de sus respiraciones, sus memorias de fuego y placer bajo los gobiernos salvajes del instinto.
Como bien señala Castrillón, Carmen y el toro llevan consigo una energía que los asocia a poderes oscuros de temeridad y destrucción, pero a la vez, son guardianes de una fuerza vital que proviene de sus entrañas, esa chispa de luz creadora que es parte de su destino, de su camino hacia la verdad en el cual logra despojarse de todo lo antiguo, lo pesado, lo pasado que ya no soporta más... es ahí donde nuestro personaje encuentra el valor de subir hacia lo alto de la montaña para refugiarse en ella, en su espíritu libre, en los sonidos amorosos de la Tierra y la presencia de la Luna que iluminará su camino hasta el final. Es en esa transformación azul donde quedará reflejada la esencia de esta última danza.
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* Una versión muy similar a esta nota salió publicada en la Guía de Arte Lima, edición mayo 2015
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