MAGIA EN MOVIMIENTO
Siete momentos para bailar
El estado de compartir en un
proceso creativo siempre me puso harto las pilas, me entusiasmaba un montón, me
incentivaba a despertar creatividad, a explorar con el cuerpo. ¿Cómo expreso
esto a partir de lo que la gente quiere decir o lo que el coreógrafo quiere
exponer? Poco a poco he ido evolucionando, he ido chambeando con más gente, he
estado en Francia, me ha dado otro bagaje que ha permitido que yo también
comience a descifrar cosas que provienen de mí mismo, que hacen que trabaje con
gente que de repente tenemos algo en
común. Sigo profundizando.
Visiones de Lima
Experiencias como las de aquí de
Lima, el poder dar talleres y eso, hace que se consoliden ciertas cosas para
dar, transmitir y que podamos intercambiar. Me da nuevas pistas para
profundizar. Percibo algo positivo porque veo que hay mucha movida,
espectáculos que salen de aquí para allá, talleres que se dan, gente que
propone, convocatorias de la municipalidad. Me parece mostro.
La Salsa
A través de la salsa te pones las
pilas y la gente al toque se pone un poco sería, pero después ya se pone a
bailar y a partir de ahí empezamos a agarrar ciertos principios básicos como el
anclaje al suelo, la postura de la espalda, la relación al otro, juegos que
podamos establecer, ciertas tensiones que podemos generar y comenzar a
explotarlas a raíz de eso. Agarrar otro ejercicio para unificarnos más,
partirlo en dúos, solos, tríos y explorar mucho. Creo que la salsa al toque
desmitifica algo, le quita una cosa un poco solemne de la danza.
Instrucciones en clase
Bailamos como cada uno quiere,
jugando para entrar al baile. Comencemos a tomar conciencia de nuestros pies,
de nuestro anclaje al suelo. Cómo nos servimos del suelo para bailar y cómo también
el suelo comienza a darme la posibilidad de moverme, de entrar a ser dos y
comenzar a imaginar que movemos el espacio con nosotros. Conciencia del eje de
la columna vertebral. Bailamos, toneamos, nos desplazamos y comenzamos a abrir
nuestros ojos globales, periféricos, para no chocarnos. Probemos. Bailemos.
¿Qué es lo que más disfrutas de la danza?
Esta posibilidad de comenzar a
digerir mis experiencias por allá y poderlas transmitir pero sintiendo que
están un poco más consistentes en el cuerpo mismo. Por ejemplo, con la compañía
con la que más estoy trabajando terminamos siendo como una especie de núcleo,
con el que nos podemos mover y así sepamos exactamente lo que queramos hacer,
hay algo que substancialmente comienza a salir y soltamos una energía que nos
ayuda a crear, a apropiarnos del espacio y establecer un vínculo. Me gusta como
cada uno puede responder a la situación por más improbable que parezca o por
más absurda que pueda presentarse. Creo que lo que me toca más es cuando siento
que lo que está pasando frente mío la gente lo está viviendo.
La verdad baila
La postura de tu cuerpo y cómo te
mantienes corporalmente no engaña a tu estado espiritual, tu estado anímico. Es
bien representativo del estado emocional.. La danza, de hecho, es liberadora
para de repente desbloquear algunas taras. Te pone enfrente de ti mismo y, por
ser el cuerpo el elemento principal, te envía hacia ti mismo.
La Danza de las emociones
Es curador porque al mismo tiempo
trabajas, hay un rigor, tienes que chambear tu cuerpo un montón y eso repercute
- así no lo quieras - en tu estado de ánimo. Ya solamente por el hecho de
chambear en la danza y sacarte la mugre tres o cuatro horas dándole a la
técnica o a cualquier coreografía, en un momento liberas otras cosas. Es
curativo también en ese sentido, te dedicas a eso, le das un tiempo y vas encontrando
el equilibrio. Es como un ritual que estableces contigo mismo.
Texto y fotos:
Skywalker
ARTISTAS DEL ESPACIO
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